Los Ciclópatas de la Luchon -> Bayona

Y… ese grupo de Whats Up: Los Ciclópatas, ¡cobró vida!

Nombres,… ojos,… caras,… figuras,… personas.

La calle Logroño es un vestíbulo, de puertas afuera asoma al río Henares y de puertas adentro se acumulan ruedas, cuadros, materiales, bolsas y gente.

Un señor con bigote lleva la furgoneta mientras saturamos el aire del recinto metálico con la música de la charla y la ilusión de la aventura.

Todos iguales. Guerreros, luchadores,… gladiadores.

Apostados en barracones de refugiados mirando un patio y a la luz de la luna dejamos las horas pasar.

El estómago ruge como una fiera hambrienta.

Miseria de carne seca, pasta maloliente, sillas de orfanato y un albergue… lleno de ciclistas.

Surrealista, es cuando menos, dormir en una cama de 60, con sábanas viejas, 8 desconocidos en una habitación y sus inseparables bicicletas pegadas a los pies.

El agua del grifo es sólo un frío hilo fino. El váter, la mierda acumulada del pasajero anterior.

Ahorramos batería en modo avión por falta de enchufes.

Los pilotos de este romántico escuadrón se reúnen a las 06:30 en la plaza de Luchón mientras los gatos franceses nos miran desafiantes.

Un video, una foto, una historia y… salimos.

330 kms nos separan de Bayona.

Nica conduce y el grupo se rompe en cuatro bloques.

Es ciclismo,… es así.

Pasan los puertos, pasa el desgaste, pasan los problemas, pasan los tirones, pasa la sed, pasa el hambre, pasa la hipotermia, pasa el sufrimiento, pasan los repechos, pasan los descensos, pasan los avituallamientos, pasan los abandonos, pasa la gente,.. Pasan LOS KILOMETROS.

Y así,... llegamos.

Al final,… Bayona.

Reclamamos nuestro el Tourmalet y los 330 kms de que separan Luchon de Bayona.

Cena italiana en Francia a las 23:00 Pm (frente al río Adur).

Un fuerte abrazo.