Un día más
- JC, V´18
- 24 nov 2018
- 1 Min. de lectura
Me gusta aporrear el teclado de mi ordenador tanto como los pedales de la bici.
El ritmo, el diapasón de las piernas.
Nubes y más nubes.
El mercurio a un gradito.
Las 09:30
La música del vagabundo en la plaza.
Su carro del Pryca lleno de objetos personales.
La vida.
Los ciclistas bajan uno a uno de sus casas.
La Plaza de Cervantes lleva en obras más un mes.
Algún ''buen'' gubernamental nos ha dicho que no podemos entrar montados.
Perseguidos en la carretera.
Perseguidos en las ciudad.
Los villanos ciclistas marcan sus planes,... a escondidas,... susurrando.
Esquivando adoquines levantados y numerosos agujeros,
se escabullen entre los soportales de piedra de la Calle Mayor.
Semáforos en Rojo ralentizan la escapada a las secundarias carreteras.
Se aprieta bajo un cielo gris, obscuro y frío.
Amenaza lluvia.
Repecho tras respecho.
El pelotón se sobrepone con clase.
Daganzo, Cobeña y Algete.
Alalpardo y Valdeolmos.
Fuente el Saz.
El ascenso, El Casar.
Café, ''Donde Valo''.
Reunión masiva de un pelotón de gente, socios y exsocios.
El coche llega,
recoge los 50 euros de gasolina.
Volvemos.
Deprisa.
El numeroso grupo es incapaz de mantenerse unido.
Nadie se echa ya las manos a la cabeza por esta situación.
Es normal.
Unos entrenan más y otros menos.
No se pueden poner puertas al ciclista.
Mañana,
será otro día.
La semana que viene,
distinta,
El año que viene,
¿quí lo sá?
Seguiremos.
Y yo,
escribiendo.
Disfrutando.
Un abrazo y hasta mañana.
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